sábado, 14 de mayo de 2011

«El conejo de pascua»

«El conejo de pascua»

Erase una vez una coneja y un conejo, que tenían un conejito muy chiquito. A la mamá le gustaba cocinar mucho. El conejito había crecido mucho, conejito la ayudaba a cocinar un poco porque no sabía mucho, a él también le gustaba cocinar mucho.
Al otro día la mamá le dijo:¡Mati Mati! , dale que tenes que ir a la escuela,
Mati dijo: ¡má yo no iré a la escuela!, Mati estaba muy enojado se levanto pero no fue a la escuela.
El papá: hijo que quieres hacer cuando seas grande,
Mati: yo quiero trabajar en la fábrica de chocolates para hacer huevos de pascuas y chocolate de menta para comer con ustedes, también quiero trabajar en Conaprole para traerles la leche para cuando sean viejitos,
el papá: jaja así que estarás muy atareado, decime lindo a dónde aprenderás todas esas cosas tan lindas,
Mati: a papá ya entendí si todo lo que yo quiero hacer tendré que estudiar, ahora iré a la escuela.
Mati había entendido la lección.

14 años después…
Mati ya era grande, trabajaba en la fábrica de chocolate y cuidaba a sus padres, de tarde Mati salía a caminar con sus padres…

«La poni y el caballo»

«La poni y el caballo»

Había una vez, una poni que tuvo un potrillo, ella estuvo muy feliz. El potrillo era feliz porque jugaba con todos lo potrillos, un día llego una yegua blanca muy linda…
El potrillo le dijo: Hola ¿cómo te llamas?
la yegua: Yo me llamo Cindi ¿y tú?,
el potrillo: yo me llamo Tambor ¿quieres jugar?,
 llegua: si claro, yo se jugar a las carreras,
potrillo: si claro, yo también, pero justo la mamá lo llamo:
¡Tambor Tambor!,
el potrillo:¿qué ma?, estoy jugando.
La mamá miro y dijo: ¿esa es tu nueva amiga?,
 el potrillo: si mamá.
A la poni  le gustaban las yeguas blancas, la yegua se quedo a vivir con la mamá de Tambor.

UN AÑO DESPUÉS.

Tambor era más grande que su madre, una niña lo montaba para ir a la escuela y a Cindi también la montaba otra niña, la poni estaba feliz de que los dos eran mansos para montar. Cuando llegaban de su viaje la poni les esperaba y salían felices casando perdices.

«Bambi y sus amigos»

«Bambi y sus amigos»
Erase una vez una cierva que tuvo cría con un cervantino, todos se acercaron y le dijeron, a la cierva: ¿Cómo se llamará?, la cierva le respondio: Se llamara Bambi, un conejo le dijo: Bambi que lindo nombre, tendré un nuevo amigo.
Al otro día Bambi se quiso parar derecho y no pudo, se paraba chueco,  camina hacia los montes, y un hombre se paro y le apuntó, Bambi  se quedo paralizado, el hombre era tan bueno que no disparo.
Luego Bambi le conto a sus dos amigos: el conejo y el zorrillo. El conejo le explicó: Bambi mira si ese hombre te hubiera disparado no estarías aquí contándonos eso, esta vez has  tenido suerte. El zorrillo: A mi si me apuntan yo hago  mi defensa si o si.
Bambi se fue con su  mamá.

UN AÑO DESPUES.

Bambi  había cumplido un año, la fiesta era cada vez más grande porque el zorrillo encontró una zorrilla, el conejo encontró una coneja negra y quedo con la boca abierta…
Bambi le dijo: vamos tambor que esperas, el conejo se alejo de Bambi y se  acerco a la coneja la agarro de la mano y dijo: ahora si vamos Bambi…
Siguieron y  corrieron, saltaron y jugaron felices para siempre.

martes, 3 de mayo de 2011

«La lechera y el corderito»


Había un señor que se llamaba Juan y le gustaba criar animales, había ido al prado a comprar un corderito y una lechera.
Compró y se fue a la casa con el corderito y la lechera.
 Tenía una sobrina que se llamaba Josefina que también le gustaba criar animales, la sobrina lo estaba esperando.
Juan llegó, bajó a la lechera, y ella al corderito.
Las ovejas se acercaron a la portera, la niña abrió la portera para poner el  corderito, pero las ovejas dijeron: ¿Por qué no tienes madre? El corderito le dijo: Es que mi mamá no me quiso porque era distinto a ella.
Una oveja era negra, dijo: Yo soy igual a ti y te puedo criar como si fueras mi hijo; el corderito se puso muy feliz.
Al otro día Juan fue a carnear a la oveja y el corderito ¡baló! Juan se dio cuenta que el corderito no quería que matara a la oveja, y no la carneo a la oveja negra. El corderito se puso feliz.
De tarde habían soltado a la lechera, el corderito salió atrás de la lechera, él  le ¡baló! pero no oía, pero el zorro si lo oía entonces lo ¡caso! y ¡baló! bien fuerte.
La lechera sintió y fue a salvarlo salvo sin heridas, la lechera le dijo: ¡zorro no te atrevas a tocar al corderito nunca más! El zorro salió corriendo y el corderito le dijo: Gracias, lechera sin ti no estaría vivo; la vaca se reía y le dijo: Bueno de nada. El corderito se fue y la oveja le estaba esperando, para salir a caminar. 
Felices para siempre.

Autor:Lucía